martes, 6 de octubre de 2015

El examen

Escucho el batir de las hojas de papel y el rozar de los lápices con las boletas de respuestas. Veo a todos los alumnos con la mirada directa en las pruebas mientras de fondo se escuchan los vitoreo a los deportistas entrenando detrás de la escuela, luciéndose para su público.

El tedio de la espera es mucho, solo pensando en que el tiempo avanza lentamente, si mi guía habrá sido adecuada para el obstáculo que ahora enfrentan. ¿Abre tomado las mejores decisiones? ¿Debí mostrar las cosas de otra manera? ¿Habrá si quiera escuchado mis palabras? No lo sabía y no tenía forma de saberlo, solo confiando en que había hecho las cosas de la mejor forma posible.

El examen terminaba y uno a uno empieza a entregar las hojas llenas de borrones y garabatos. Muchos exámenes existirán en su futuro, todos cargados de ansiedad, pero pocos verdaderamente importantes, justo como esta prueba.
Por: Yosefat Nava Alemán

jueves, 24 de septiembre de 2015

Autobiografía de matemático docente

Me encontraba sentado frente al monitor de la computadora mientras que pensaba en la pregunta clave que me había hecho abrir el editor de texto ¿Cómo había llegado a convertirme en docente? Conozco gente que desde joven siempre quiso dedicarse a la enseñanza, pero cuando era joven no me veía como maestro, ni si quiera me agradaba la idea y pensaba que el ser docente en general no era un empleo sobresaliente y mucho menos importante. Cosa que quizás pudiera resultar extraño sabiendo que varios parientes míos y mi madre pertenecían al gremio de la docencia. Pero si algo debía entender es que antes de ser presente como docente había sido forjado como un alumno y estudiante.

Veo ahora las cosas cuando me he convertido en algo que de joven pensé que nunca seria y trato de comprender el por qué tenía esa visión y como esta ha cambiado con el tiempo. Mi impresión de muchos de mis maestros en mis primeros años era de ignorancia, parecía que solo existían como una extensión del libro, solo para repetir en palabras el texto del libro, escribirlas en el pizarrón, hacer que las copiáramos en la libreta y su función más importante, quizás la única relevante que veía, revisar tareas. Esta idea llego incluso a tal grado que pensé que alguien que hubiera podido pasar la materia incluso con un siete estaba completamente capacitado para enseñar la materia, después de todo solo era repetir el libro. Aquellos buenos maestros eran aquellos que pudieran decir algo fuera del libro o pudieran hacer interesante las sólidas palabras de los libros.

Inicie la escuela con muchos problemas, abstraído, a veces alejándome de la realidad que me rodeaba, con malas calificaciones en diferentes materias. No importaba lo que hiciera, mis calificaciones no mejoraban y al revisar mis exámenes pudieron notar que estaban mal revisados, al parecer la maestra consideraba que el entrar un año antes a la primaria era malo para mí y que incluso mis actitudes extrañas podrían requerir psicólogos para atenderme. Mis padres como psicólogos dieron una segunda opinando que yo no tenía nada malo y al tener poco apoyo de la escuela termine cambiando a otra donde mi tía María Elida Jovita Nava enseñaba, donde tendría una segunda oportunidad.

Sabiendo que la materia de matemáticas era de las que más peso tenían a la hora de determinar a un buen o mal estudiante, mis padres pusieron todo su esfuerzo, recuerdo sesiones donde primas llegaban a la casa a tratar de enseñarme cosas y mi padre tenía cierto don para comprender los números que después de años de afinamiento pudo pasar a mí. Poco a poco fui necesitando menos ayuda hasta que en los últimos años de la primaria había subido de alumno rezagado en clase a estudiante ejemplar. Poco a poco me empecé a preguntar ciertas cuestiones que aun que no pudieron ser resueltas por mis maestros, me demostraron más a futuro que quizás el empuje hacia matemáticas había resultado más efectivo que el simplemente pasar mis materias, no sé si sea normal que un niño de primaria pregunte por "números negativos" o "¿Que es trigonometría?" aun que mis referencias fueran programas de televisión donde esos temas eran temidos.


Llegue a la preparatoria sin un camino a tomar aun decidido, pero sin duda en los últimos años había tomado un gusto por las ciencias, era bueno para ver patrones y poder buscar diferentes métodos de encontrar soluciones a problemas, llegando a un par de veces a encontrar métodos más sencillos que los expuestos por mis propios maestros de matemáticas. De todas formas no pensaba mucho en ello, mi preocupación principal era la de jugar video juegos y ver la televisión estando en casa.

Un día uno de mis maestros me propuso entrar a un concurso de matemáticas que se llevaría a cabo de la Facultad de Ciencias Fisicomatemáticas, me parecía una idea interesante aunque no me creía que me fuera bien en el concurso. Le conté a mis padres y al preguntarme como sería el examen les dije que no tenía la menor idea, rápidamente me llevaron a la facultad por algo que pudiera servirme de guía. Al ver los problemas vi que no se parecían a nada que yo hubiera visto antes, la guía era extensa y un poco confusa pero sin duda sus acertijos me parecían divertidos.

Llego el tiempo del concurso y pase largas horas tratando de descifrar los enigmas que tenía frente a mí, pasaron horas, entregue el examen mientras seguía pensando en las preguntas mientras aun después de entregar seguía buscando opciones y soluciones a tan difíciles pruebas. Al final resolví solo dos de los seis problemas propuestos... y me sentí como si hubiera hecho algo grandioso, en aquel momento germino aquella semilla plantada hace mucho tiempo que determinaría mi gusto por las matemáticas. Paso un año y tenía la idea de que deseaba estudiar algo que me permitiera desarrollar un video juego, ya que estos eran unas de mis aficiones favoritas, mis pequeñas investigaciones me dijeron que para poder hacer mi propio juego necesitaba tener buenos conocimientos tanto de matemáticas como de programación, dos materias que se me daban bien, pero al momento de escoger carrera, las memorias del concurso y el hecho de que sentía que yo había aprendido por mí mismo como programar me hicieron decidir el estudiar una Licenciatura en Matemáticas.

Quizás ahora se estén preguntando ¿Que tiene que ver esto con el ser actualmente un docente? Claro que si ¿Acaso pensé que podía compartir mi gusto por las matemáticas? Por supuesto que no. A diferencia de quien soy al momento de escribir estas palabras, yo era una persona bastante elitista intelectualmente, pensando que la mejor matemática era aquella que no se preocupaba por cosas insignificantes como el mundo real, después de todo sus verdades eternas lo seguirían siendo sin importar el lugar o dimensión donde me encontrara, incluso en un vacío sin reglas los conceptos puramente abstractos podrían ser igualmente verdaderos aun sin la existencia de algún fenómeno donde se pudieran percibir.


Todo empezó a cambiar cuando empecé a hablar con mis maestros de la facultad, en especial la Dr. Aracelia Alcorta y el Dr. Hector Flores, quienes tenían visiones muy diferentes de lo que eran las matemáticas y para que se usaban. La Dr. Alcorta me inspiro para interesarme por la investigación, el viaje por el conocimiento inexplorado, poco a poco fue naciéndome el gusto por la idea de convertirme en un investigador, aunque la idea de ser docente aun me resultaba... desagradable. Me gradué de la licenciatura pensando que la matemática pura era el mejor sitio para ampliar los conocimientos, sin la contaminación del sucio mundo real, pero aquellas ideas serian pronto en duda cuando durante mi maestría compartí tiempo con mi asesor, el Dr. Flores. Su actitud ante las matemáticas era completamente diferente a todo lo que conocía, era un matemático aplicado el cual se encargaba de usar matemáticas para poder resolver problemas que tenían personas o empresas en el mundo real y la visión de que el mundo sería mejor si la gente pudiera reconocer y usar los conceptos matemáticos que les rodeaban todos los días... completamente invisibles pero a plena vista de la gente.

Trabaje una temporada de dos años y medio en una consultoría de empresas donde mis conocimientos y mi facilidad para reconocer patrones, junto con mis mejoradas habilidades en programación, me permitieron resolver tareas titánicas para empresas y facilitar con herramientas de mi diseño el trabajo de la gente que me rodeaba. El trabajo me dejaba bastante satisfecho pero aun quería ser un investigador dedicado a encontrar nuevas verdades en del mundo, invisibles pero a plena vista de todos. Fue entonces cuando me di cuenta de la importancia que habían tenido varios de mis maestros durante mi formación, podía encontrar verdades pero si la gente no podía verlas, no podrían hacer un impacto en el mundo. Había aprendido que el ayudar a la gente podía ser grato y que las matemáticas no eran egoístas por naturaleza, solo yo. Fue cuando mi siguiente meta fue revelada, ser profesor investigador.

Pronto me di cuenta de que si continuaba en el mismo lugar no podría cumplir aquellas metas y después un tiempo de hablarlo con mis superiores decidí dejar el trabajo que tenía actualmente y avocarme al camino que había escogido. Deseaba enseñar en alguna escuela y continuar en un futuro que no ha llegado, pero que espero realizar en el porvenir, de continuar mis estudios en áreas más avanzadas, retadoras y desconocidas.

Eso me llevo a mi trabajo actual como docente de la Preparatoria Nº2 los últimos dos años impartiendo las materias de Matemáticas I, II, III y Probabilidad y Estadística o Matemáticas IV. Fue un gran cambio el estar detrás de un cubículo donde mi contacto humano era escaso a estar frente a un grupo de personas con la atención puesta en mí, debo decir que esperaba una capacitación antes de empezar y en lugar de eso me arrojaron a grupos sin la menor idea de que hacer, problemas de disciplina, aplicación de normas y quejas de alumnos con la forma tanto cerrada como estricta de manejar que tenía. Sé que no hice un buen trabajo en mi primer intento aun que poco a poco he ido progresando, aunque el crear conceptos duraderos e inspirar el gusto por las matemáticas siguen siendo un reto para mi persona.


Me he encariñado poco a poco con la docencia a la que estuve muy inseguro en un inicio. Me he preocupado por al nulo interés que algunos alumnos dan por sus clases al grado de dejarlos en el abandono o exilio para evitar que atrasen y estorben a los demás alumnos. Me ha dado gran satisfacción el escuchar a otros maestros y alumnos que mi manera de explicar es tanto practica como sencilla y el poder resolver cualquier duda de la materia por mas desviado que este del contenido. No es fácil hacer que una materia donde el sistema lo dirige como de forma completamente abstracta y descontextualizada pueda llamar la atención de la gente, siempre trato de añadir algún toque o acción cómica esperando que eso se quede en sus memorias y buscar problemas que pongan en duda las formas mecanizadas de resolver problemas los cuales solo fallan con el problema adecuado, obligando a pensar "¿Por qué no funciona?", obligándoles a ver el contexto del problema.

Sé que me falta mucho por conocer, pero dicen que si uno entiende realmente las cosas, puede explicarlas. Muchas veces me he visto descubrir o inventar diferentes maneras de mostrar un mismo concepto, esperando que para cada alumno una de esas ideas sea más fácil de comprender que las demás, que perciban que no existe un único camino o visión a los problemas que pueden enfrentar. Dos caminos completamente diferentes llevan a una solución adecuada (he incluso igual) si son planteadas de la forma adecuada.

Sé que conozco todo lo importante sobe todas las materias que he dado, que puedo buscar las respuestas a cualquier interrogante que pudiera darme un alumno, conozco diferentes programas y tecnologías para mostrar conceptos que de otra manera serian invisibles o incomprensibles. Pero aquello solo es una parte de lo que necesito, mi conocimiento de la mente del adolecente es vago y pesimista en el mejor, aún tengo problemas para controlar la disciplina en los grupos y motivarles a poner atención sigue siendo una tarea retadora. Pero tomando en cuenta el poco tiempo que llevo y la larga vida que espero vivir, todo eso creo poder desarrollarlo con la experiencia de los años.
Por: Yosefat Nava Alemán

sábado, 12 de septiembre de 2015

Autobús Ver.2 [Letras]

Decidí tomarlo aunque nunca lo había hecho, pensaba solo como este tendría que llevarme a cierto local el cual deseaba visitar o, por lo menos, bastantes cercas. En mi obstinación decidí que tendría que llegar por este medio aun sin tener una idea clara del trayecto que se recorrería, omitiendo las opciones familiares y confiables que tenía para escoger otras alternativas de viaje.

El camino inicio tranquilo recorriendo lugares cercanos a donde podría descender, llegando sin muchos problemas con quince minutos de caminata. Tenía la idea de que continuar me dejaría justo en mi destino por lo cual pensé no era momento adecuado de descender. Tomo caminos conocidos pero sin interés por un largo tramo, antes de darme cuenta volví unos pasos de donde había empezado mi viaje.

Habían pasado más de treinta minutos dando un gran círculo. Pensé bajar y tomar un camino de siempre, no quería admitir mi equivocación pero sobre todo todavía podía tener razón sobre la ruta, deseaba comprobar aquello comprobándolo con mis propios ojos. Si resultaba podría incluso ser una nueva ruta a considerar. Empezó recorriendo calles cercanas a la vuelta anterior lo cual me molestaba un poco. El cansancio del trabajo empezó a afectarme terminando por ignorar lo que me rodeaba, en un descuido empecé a alejarme dando paso al sueño, esperanzado de dar vueltas y terminar el recorrido en el origen.

Desperté un rato después para descubrir no poder reconocer los alrededores. La idea me asusto un poco mientras mi vista iba de izquierda a derecha tratando de encontrar una imagen familiar, un indicio del lugar donde me encontraba. El hecho de errar al continuar no me desanimo, quería saber dónde me encontraba, que tan lejos me encontraba y si eventualmente volvería donde todo empezó. La curiosidad se fue trasformando gradualmente en ansiedad mientras sentía como me alejaba cada vez más de casa. Seguro el local que visitaría había cerrado hace horas lo cual me hacía pensar en abandonar esta empresa, pero al mismo tiempo sentía pronto daría la vuelta y regresaría por donde había llegado dando una gran ciclo.

El tiempo avanzo mientras cada vez menos gente me acompañaba en el recorriendo, cada vez más vacío, sentí aquello como una mala señal ya que significaba no llegar a algún lugar relevante. Tenía que tomar una decisión y al ver otra vía similar pero en dirección opuesta me decidí. Descendí en un lugar desconocido, admirando con una montaña a mi espalda que siempre estuvo lejana en las memorias, observando continuar el camino aun alejándose y adentrándose en lo irreconocible.

Me encontré en una calle solitaria con una vaga idea de lo lejos de donde debía estar. La espera fue corta y pude ascender con facilidad esperando el volver a caminos conocidos. No sabía si me llevaría al hogar, pero tenía que hacerlo. Le vi avanzar por los ajenos sitios que había presenciado hace varios minutos, el miedo se convirtió en una simple ansia con la idea de estar regresando. Bajaría en el primer lugar familiar que encontrara.

Por: Yosefat Nava Alemán

viernes, 21 de agosto de 2015

Autobús [Letras]

Decidí tomarlo aunque nunca lo había hecho, todo, todo indicaba que pasaba por cierto lugar por un local por donde deseaba visitar y no tenía ánimos de tomar otras opciones para bajarme no demasiado lejos de mi destino.
                      
El camino empezó tranquilo, empezó a avanzar recorriendo lugares cercanos de lugares donde podría descender llegando sin muchos problemas llegar a donde quería con 15 minutos de caminata, pero tenía la idea de que continuar me dejaría justo en mi destino. Rodeo caminos conocidos pero sin acercarse lo suficiente a donde deseaba llegar para descender, pero antes de darme cuenta volví a una calle de distancia de donde empezó mi viaje.

Habían pasado más de treinta minutos y había terminado dando una gran vuelta en círculo, pensé bajar y tomar el camino de siempre pero todo apuntaba a que ahora si iría a donde yo quería y si resultaba podría ser una nueva ruta que podría tomar en un futuro. Volvió a dar vueltas cercas de mi destino y el cansancio de trabajo empezó a afectarme, en un descuido me di cuenta que me estaba empezando a alejarme y decidí dejar que el sueño me llenara, esperando que terminara su recorrido y volviera al punto de inicio.

Desperté un rato después para notar que no reconocía los alrededores, esto me asusto un poco mientras mi vista iba de izquierda a derecha tratando de encontrar una imagen familiar que me indicara el lugar donde me encontraba, pero el hecho de fallar no me desanimo, quería saber dónde me encontraba. Poco a poco la curiosidad se fue trasformando en ansiedad mientras sentía como me alejaba cada vez mas de casa, seguro que el local que quería visitar había cerrado hace horas, pero al mismo tiempo sentía que pronto daría la vuelta y regresaría por donde había llegado.

Fue avanzando el tiempo y pronto el lugar empezó a vaciarse, aquello era mala señal ya que significaba que ya no llegaría a ningún lugar importante, pero al otro lado de la calle vi que tenía otra opción similar que iba en dirección opuesta a la nuestra. Descendí en un lugar desconocido, con una montaña detrás de mí que siempre estuvo lejana en mis memorias. Le vi perderse de  vista por una colina y me encontré en una calle solitaria con una vaga idea de lo lejos que me encontraba.


La espera fue corta y pude ascender con facilidad a otro igual con una dirección opuesta. No sabía si me llevaría a casa, pero tenía que hacerlo. Poco a poco le vi avanzar por los desconocidos lugares que había atravesado anteriormente y el miedo se convirtió en una simple ansia. Bajar en el primer lugar conocido que avistara.

Por: Yosefat Nava Alemán

viernes, 31 de julio de 2015

Ultimo sueño [Letras]

El destino ultimo de un mago, que después de innumerables peligros a través de los años, ahora se enfrentaba al mayor peligro de todos, el mismo.

Sentía el bamboleo del agua, había una espesa niebla y el cielo era uno negro sin luna. Este sueño era diferente a los demás... ¿O debería ser pesadilla? Me levanto para notar que me encontraba en un bote que se conducía con solo el impulso de la marea, hasta donde alcanzaba la vista solo se podía percibir la niebla sobre las tranquilas aguas. Mis ropajes estaban hechas jirones mientras que mi carne estaba llena de heridas apenas cicatrizadas ¿Me había hecho esto a mí mismo? Esto era lo que quedaba de mí, la obscuridad en mi interior luchaba por tomar el control, me había defendido de aquellas pesadillas, esos espectros auto creados a partir del deseo, ambiciones y sufrimiento. No sabía cuánto más podría soportar esto, no entendía... no quería entender como aquellos sentimientos habían tomado conciencia, como se habían vuelto tan reales, aunque lo que más me asustaba era que yo fuera la ilusión.

La soledad de mi espíritu se había convertido en una sombra doliente con lágrimas carmesí, rodeándose de alimañas que cobraban vida a través de sus sollozos, hambrientas por unir a los demás a las tinieblas a través de devorarles. Si no fuera por la memoria de una vieja amiga de mi juventud, aquella que me había dado aquel collar que seguía alrededor de mi cuello, la soledad me hubiera consumido, pero en su lugar se transformó en una sensación de serenidad y nostalgia. Las sombras se desvanecieron y un espectro había desaparecido tan rápido como había llegado, pero después de aquello, había encontrado gran paz en aquellos momentos donde antes solo había dolorosas añoranzas.

Durante mis viajes, buscando perfeccionar mis dones y superar mi aprendizaje, me encontré con la oportunidad de obtener grandes tesoros, no tenía realmente una razón para buscarlos más que el deseo de poseerlos y pronto mi codicia tomo voluntad propia en mis sueños. Para mí era simplemente una trampa, su apariencia era aparentemente inofensiva si no es que completamente invisible, un jardín de flores exóticas que adornaban decorados caminos de piedra y entre la tierra piezas de oro y piedras preciosas, pero en cuanto me di cuenta de lo que pasaba, se transformó en una siniestra marioneta de arena y piedra que era controlado por las plantas que crecían de un cráneo y cruzaban como venas por aquella cosa. Pero una vez expuesta la trampa, note lo inútil y triste de aquello, el frio golpeo el lugar con fuerza congelándole... aquella cosa seguiría dentro de mí, pero mientras no lo liberase, no podía hacer daño a nadie.

Todo era tranquilo en mi vida, pero guerras sin sentido se desataron una tras otra, había entrado al conflicto para ayudar a mis amigos, pero al pasar de los años, un día me desperté dándome cuenta que no conocía a nadie de los que peleaba a mi lado... todos mis amigos habían fallecido pero por alguna razón seguía peleando. Mi deseo de venganza era frio y calculador, un propósito desprovisto de los sentimientos menos racionales como la ira. Una maquina hecha con solo un propósito siniestro, exterminar a cualquiera que pareciera un enemigo, pero aun que su cuerpo de brillante metal no mostraba duda, su combustible era un corazón latiente que bombeaba el combustible para tan singular máquina. Al final escape dejando la guerra de lado, pero me enfrasque en una búsqueda frenética por probar mis habilidades, pronto termine buscando demonios y otras peligrosas aventuras para derrotarles en combate singular. Aquel espectro no pudo ser vencido, pero si averiarle, peleando contra sombras sin forma, en una lucha donde no existía fin.

Este debía ser otro sueño ya que no tenía sentido viajar en una barca como esta, pero tampoco podía recordar quedarme dormido, o donde me encontraba antes de estar aquí, algo más debió haber pasado ¿Pero qué? Mis ideas fueron interrumpidas por el chocar del bote con tierra, un pequeño puerto se veía enfrente como entrada a una isla vagamente familiar. Tenía que seguir, no había retorno y la única forma de encontrar una solución a mis demonios internos era recorrer sus tierras y vencerles ¿A dónde me dirigía? Sentía que algo se estaba repitiendo, un escalofrió de advertencia, pero no lograba recordar, tenía que seguir el camino tras la niebla.

Tenía que recordar, había visto un espectro más, uno que había sido diferente a todos los demás, uno que había surgido cuando más perdido me encontraba. En aquella visión me encontraba en un antiguo templo abandonado, tenía que ser una especie de templo, pero no podía identificar a la deidad que representaban las estatuas. Entre a un amplio salón el cual solo tenía un objeto que parecía brillar al otro extremo de la sala. Avance a paso firme mientras observaba a aquella misteriosa figura cambiar... a mi imagen. Aquella figura era yo, pero entre más cercas me encontraba más se distorsionaba, cadenas empezaron a rodearle mientras que las heridas de la guerra se abrían paso sobre su carne, aquel rostro demacrado me observaba con ojos de locura.

Las mismas cadenas que lo envolvían tomaron armas y sin dudarlo empezó su frenética embestida moviendo a mi torcida copia como un esclavo. Logre destruir las cadenas dejando indefenso al espectro que me miraba con una sonrisa torcida y sin que opusiera resistencia di un último golpe. Al caer al suelo me vi a mi mismo hacerme pedazos, explotando en cientos de fragmentos de vidrio cristalino que se insertaban como afiladas dagas en mí, cada una con imágenes de mis errores y fracasos. No podía contener la sangre mientras los fragmentos cavaban más profundo en mí, me había convertido en un espejo roto.


Ante aquel recuerdo un punzante suplicio revivió en mi cuerpo, la sensación fue tan repentina y tormentosa que termine en el suelo palpando aquellos fragmentos cristalinos aun en mí. Sabía que eso no era posible, que debía ser una ilusión, un dolor fantasmal que no podía más que sentirse tan real como cualquier otro pensamiento que pudiera tener en este sueño. No podía dejar que mi cordura se perdiera, tenía que aclarar mi mente, cerré los ojos y aun con el pesar trate de levantarme, de continuar. Cuando logre ponerme de pie el dolor desapareció dejando paso a un desconcertante entumecimiento, tenía que seguir.

La isla era silenciosa y el único ruido que había era el agua golpeando contra la orilla de la isla, algunas colinas se podían apenas percibir a través de la niebla. Ruinas olvidadas por el tiempo aparecían de entre la niebla como registros de antiguos días gloriosos, donde antes se encontraba la estatua de un dios solo se encontraban pies de roca y numerosas piedras de granito que habían perdido toda forma reconocible. Todo indicaba que este lugar fue importante en algún remoto pasado, no podía dejar de preguntarme por la gente que había construido este lugar y su aciago destino.

De entre la niebla pude ver una luz, esta provenía de unas ruinas mejor conservadas que las de los alrededores, podía ver a una silueta en esperándome. Mis ojos se llenaron de asombro al descubrir lo que se encontraba detrás de las brumas. Era yo mismo, pero al mismo tiempo diferente, era aquella persona que siempre había deseado ser, podía sentir su fuerza haciendo palidecer la propia. Dio una reverencia y me miro directo a los ojos, sabía que era parte de mí, con solo mirarme me dijo todo lo que necesitaba saber... mi vanidad, mi deseo de poder y la ausencia de la moral, todo lo que alguna vez pensé que me detenía él lo tenía ausente.

Sabía que no podría derrotar a aquel espectro, en el mejor de los casos, todo quedaría en un cruel empate, aun así no podía simplemente rendirme aun sabiendo que no podía ganar. Sabía que él no era el camino, que el poder sin propósito era vacío. Me guiaba el deseo de una vida que pudiera terminar con felicidad y tranquilidad. Había cometido muchos errores en la vida, estaba perdiendo el control, pero por una vez tenía que admitir que aquellos espectros siempre habían sido parte de mí, no podrían dejar de serlo. Solo espero que cuando despierte, cuando toda esta confusión termine, haya hecho la elección correcta.


Que la humildad sea la luz que me guié por mi propia obscuridad mientras que la esperanza me permita no flaquear en mi decisión. Una vida de tranquilidad, libre de arrepentimiento.

Por: Yosefat Nava Alemán

domingo, 19 de julio de 2015

Juego: Snake Bite [Software]

Como había comentado en un artículo anterior, participe por primera vez en un evento llamado Global Game Jam 2014, un evento en el cual se da a los asistentes la oportunidad de crear con su ingenio un vídeo juego. Ese año mis intentos no resultaron como yo había esperado en un principio al punto de no completar de manera satisfactoria, pero aprendí mucho de aquella experiencia. Un año después me inscribí a la siguiente edición del mismo evento, el Global  Game Jam 2015 donde puse aprueba tanto lo que había aprendido en el evento anterior como lo que había aprendido por mi parte en el último año.

En esta ocasión tratamos de enfocarnos en la idea más simple que se nos ocurriera, esto con el objetivo de no tener expectativas imposibles de alcanzar, teniendo tiempo tanto de depurar la idea como de agregar detalles de todos los tipos al proyecto a trabajar. La idea termino siendo un runer (un juego donde recorres un camino y evitas obstáculos), la idea a trabajar fue tan, pero tan simple, que incluso teníamos la idea de que podríamos crear otras mecánicas y crear un juego formado con 2 o 3 mini juegos con la misma historia... Pero sorprendentemente, incluso con una idea básica, gastamos aproximadamente 45 de las 48 horas en terminar satisfactoriamente el proyecto que nos propusimos.

A continuación contare la experiencia que tuve como parte del equipo de desarrollo, con mi tarea principal de programador, de este juego como los pasos y consideraciones que nosotros decidimos tomar para lograrlo.Primero empezamos por idear una idea o historia básica que nos permitiera una construcción de arriba a abajo (primero la historia y luego las mecánicas) inspirado en la frase de "What do we do now?" (¿Que hago ahora?), frase tema del evento de este año.

La historia relata a un guardabosque que mientras caminaba en el bosque es mordido por una serpiente venenosa. ¿Qué hago ahora? En la caseta de vigilancia tiene antídoto, deberá correr hasta halla antes de que el veneno lo mate... pero correr a mitad del bosque tampoco es seguro.
Una vez estipulado eso, empezamos con las mecánicas del juego, un personaje que corra, acción para acelerar, alentarse, saltar y barrerse. Cada uno con una función en el juego. Acelerar permite llegar a tiempo a la meta, alentarse permite tener más tiempo para actuar con los obstáculos, saltar para evadirlos (los más largos solo se pueden mientras corren) y barrerse para evitar otro tipo de obstáculos. Simple ¿O no?

Aunque las ideas eran simples, su implementación fue más tardada de lo que pensé. Para el salto se utilizaron algunas fórmulas físicas para modelar los saltos, se tuvieron que calibrar la altura saltada tanto como la distancia a mano para luego adecuar los obstáculos una vez que las distancias estaban establecidas. El salto y la barrida tuvieron sus dificultades especiales ya que el juego no tenía ninguna complicación si se podía saltar en completa libertad, para esto se le agrego una regla en la cual después de saltar, tenía que haber una espera de 1 segundo para volver a hacerlo (No parecía lógico que se pudiera estar saltando 100% del tiempo a máxima distancia sin correr un poco) y con respecto a la barrida, tenía que durar solo por un par de segundos (no parecía lógico que pudieras avanzar rápido barriéndote sin frenar nunca). Parecerán detalles en este momento, pero pensar, planear, crear y probar esas reglas llevo casi toda una noche.
Uno de los últimos detalles que se agregaron dentro de la programación fue el hecho de que el nivel a jugar se generara al azar, esto evitaba que el juego fuera predecible al hacer que los obstáculos se generaran al azar en tiempo real. No era divertido que los obstáculos siempre aparecieran en el mismo orden.
Dejo a continuación los enlaces de descarga para que puedan probar y jugar el juego que realizamos. Quizás sea extremadamente simple pero tengo que decir que quede bastante complacido por el resultado final que logramos en tan poco tiempo así como el enlace a la página del proyecto.
Por ultimo un agradecimiento a los integrantes del equipo en el que participe con este proyecto en el Global Game Jam 2015.

miércoles, 15 de julio de 2015

El ángel negro [Letras]

La mayoría de tu gente se extrañaría solo de mi aspecto, pero sé que tú tienes algo más en mente, te preguntas por qué alguien como yo escogió el camino de la música, tocando a los que se fueron y los que están por irse. Quizás no quieras admitirlo pero he venido para tocar para ti, así que saciare tu curiosidad, escucha atentamente mi melodía y te relatare mi historia, la historia del músico conocido como el Ángel Negro.

La vida en las montañas era tranquila pero estricta, como miembro de la familia líder de la aldea tenía una gran responsabilidad, entrenaba en el uso de la espada, y estudio sobre nuestros antiguos héroes y dioses, esperaba algún día servir como nexo entre los dioses y mi pueblo. Por las noches siempre caminaba a el risco más alto sobre el pueblo y me lanzaba por los aires a batir mis hermosas plumas grises, esperando que eso me fortaleciera para mi futura Caminata por los Cuatro Vientos, el exilio de nuestro pueblo donde los jóvenes se hacen adultos cuando pueden volver volando a casa, mi única idea era ser digno del nombre de mi familia y servir a mi pueblo.

Era primavera, me dirigía al viejo risco como siempre, pero el silencio de la noche fue interrumpido por un suave sonido de violín, ahí se encontraba un joven plumas doradas y plateadas descansando en el risco mientras tocando y cantando a las estrellas, le había visto antes pero nunca le había prestado atención ¿Por qué debería? Pero aun así no pude evitar detenerme mientras le escuchaba. Siempre estaba pensando en prepararme para ser digno de mi gente, así que me sorprendí un poco el tomarme el tiempo para simplemente... disfrutar el momento y relajarme. Me quede más de lo que había pensado, en cuanto recordé el motivo que me traía, me aleje sin dirigirle la palabra y planear por los aires.

Llego el verano y continúe visitando el risco, cada noche estaba él practicando su música, no pude evitar con el tiempo cruzar palabra con él, practicando cada noche para mejorar su maestría, los caminos eran distintos pero las metas de cierta manera similares y terminamos formando amistad. Solíamos pasar la noche contándonos historias, yo le contaba las leyendas sobre lo que me enseñaban de nuestras tradiciones y deberes con los dioses mientras que él hablaba sobre historias que había escuchado de su familia de ciudades, cantinas y castillos donde vivían en las extrañas tierras humanas y a veces tratábamos de componer canciones, aunque los resultados solían ser terribles.

En el otoño llego y avanzo  rápidamente, no había mucho tiempo para el ocio ya que teníamos que asegurarnos de que las provisiones para el invierno fueran suficientes, conseguir madera para el fuego, proteger las casas y en el caso de todos los jóvenes de mi edad, disfrutar los últimos meses en casa antes de iniciar la caminata por los Cuatro Vientos. El frio poco a poco aumentaba, pronto dejaría de tener tiempo para escuchar la música en aquella cima. El frio no me permitiría volar y planeaba iniciarme como acólito del invierno, rindiendo tributo a un antiguo héroe de nuestro pueblo, Kithin "El padre de la nieve", que procuraba fuego en el invierno, cuidador de las almas de nuestros caídos e intercediendo por nosotros a los dioses de la muerte.

El invierno llego con una ola helada que hacia tiritar las plumas, subí al risco a despedirme mientras empezaba a caer la primera nieve del año. Le pedí prestado su violín y tocar una solemne canción como me había enseñado durante el año como agradecimiento, era un momento triste pero al mismo tiempo festivo. El panorama se había vuelto blanco y estaba a punto de irme cuando me pareció ver que una estrella bajaba del cielo, se estrellaba cercas de donde nos encontrábamos y lo invite a una última aventura para ver que había sido aquello. No le gustaba la idea de ir tan lejos desarmado, pero lo llame cobarde y plane montaña abajo para que me siguiera, no pensé que tuviera tanta razón cuando dije que sería nuestra última aventura.

La nieve que continuaba cayendo copiosamente, si queríamos ver que había sucedido tendríamos que actuar rápido o perderíamos el rastro en por la nevada, ambos planeamos por la montaña y nos alejamos más del pueblo de lo que habíamos hecho antes ante el furor de llegar a la estrella. Llegamos a una meseta cercas de donde pensábamos que había caído pero una fiera hambrienta nos intercepto, saque mi espada para defendernos saltando hacia aquel animal e hiriéndolo en una pata, pero me devolvió el favor con sus garras derribándome de un zarpazo. Mis plumas grises se mancharon de rojo y perdí el conocimiento...

Desperté adolorido, pregunte por lo que había pasado y si mi amigo se encontraba bien. Un guardia vio la estrella caer y decidió investigar, nos encontró en peligro y cuando la bestia estaba a punto de matarme, aquel de las plumas doradas y plateadas se había interpuesto recibiendo el feroz ataque. El guardia había descendido del cielo atravesando a la bestia con una lanza, pero era tarde para él, lo había hecho venir desarmado y todo era mi culpa. No podía dejar de pensar en que le había llamado cobarde cuando realmente yo fui el necio.

Quería pedir perdón con todo mi espíritu, rece al señor del invierno por una oportunidad de redimirme. Llevaron su cuerpo a nuestra cima, el lugar más cercano al cielo. Mi plumaje seguía manchado de sangre y salí aun con el dolor de las heridas aun frescas para darle el último adiós. La gente me abrió el paso cuando llegue, rece y prometí que daría lo que fuera porque mis disculpas fueran escuchadas. Abrí los ojos para presenciar ante mí al espíritu de mi compañero observándome de forma burlona, como si solo estuviera esperando mis palabras para partir.

Le tenía frente a mí pero ni una silaba salía de mí, los demás parecían observarme de forma extrañada y mi vista se posó en el instrumento que uno tenía en sus manos. Alce la ala esperando que entendiera y me presto su instrumento, el entendería la melodía, después de todo me enseño a apreciar la música. Tocar una canción en su honor, no había podido abrir el pico pero sabía que aceptaba mis disculpas mientras se desvanecía en el viento. Prometí pasar cada día de mi vida honrando ese milagro,

Después de eso, las manchas de sangre se convirtieron en manchas negras que negaban borrarse de mis plumas, con el tiempo las manchas se expandieron, lentamente, hasta que mi plumaje gris se volvió casi completamente negro, quedando  una pluma blanca que me recordaba que debía agradecer el seguir con vida. Cada día practico con el violín, ofreciendo música a mis dioses.

Cambie mucho desde entonces, cargaba el deseo de dos en mi alma, música y devoción, perdí interés en el futuro que siempre había pensado que tendría. Llego el tiempo de mi Viaje de los Cuatro Vientos. Ya no tenía idea de cómo sería mi futuro, o si tendría alguno, empecé a vagar compartiendo mi triste música, dando mis condolencias por los difuntos, recordándoles que aun en el triste final de la existencia, uno debe sonreír y partir a la próxima vida sin remordimientos.

Espero que esta historia resuelva tus dudas, desde entonces he tocado en innumerables funerales y clínicas, deseándoles un buen viaje. Ahora que estas por partir, te pediré un favor a cambio de mi historia, si encuentras a alguien como yo con plumas doradas y plateadas, dile que lo saluda Yflein. Ahora, descansa en paz.
Por: Yosefat Nava Alemán